A pesar de su tamaño reducido, conserva los elementos esenciales: la silueta del lobo marino dorado, las escalinatas y la esencia de playa y ciudad. La luz realza cada textura y genera una atmósfera íntima, ideal para estanterías, mesas de luz o escritorios.
Perfecto como regalo, objeto decorativo o recordatorio de esos días junto al mar. Porque no importa el tamaño: Mar del Plata siempre ilumina.